sábado, 18 de diciembre de 2010

Una variedad de estilos que crecen como flores

(ése era el título original de esta nota publicada en Diagonales el viernes 17.12.2010)


Florencia Zerillo, pianista de Anenbí

“Mi idea no es imponer un lenguaje, pero a veces necesito usar palabras mal dichas”

La banda presenta esta noche su CD Come flores en Tahuma (17 e/ 51 y 53)



Mi idea no es imponer un lenguaje, sólo me siento más identificada con esa forma o a veces me parece necesario usar palabras mal conjugadas o mal dichas porque así lo requiere la letra, como en "Canción de cuna": ...supiera sólo lo que otros querrían", comenta Florencia Zerillo pianista de la banda platense Anenbí, que esta noche desde las 21 en Tahuma (17 e/ 51 y 53) mostrará su primer trabajo discográfico Come Flores.
Anenbí nació a principios de 2009 con Belén Asenjo en voz, Juan "Bocho" Zerillo en bajo, Sebastián Alonso en batería y Florencia Zerillo en piano, quien cuenta que a fines de 2006 empezó a darle forma a los temas que ya tenia: "la idea inicial era con piano y batería, sólo instrumental.
De a poquito fueron apareciendo canciones e incorporamos la voz y también el bajo. Pero recién en 2009 quedó conformado el grupo".
Doce temas integran Come flores, un disco que tranquiliza pero inquieta al mismo tiempo cuando enfrenta al escucha a las diversas melodías y ritmos. Invita a deslizarse pero no sin dejar de tener en cuenta que no se está en un clásico tobogán. Anenbí marca la presencia de una fusión de músicas -jazz, contemporáneo, latino- en la que, sobre todo, se hace hincapié en lo rítmico y en donde no faltan influencias como Luis Alberto Spinetta, Juana Molina, Mario Laginha, Egberto Gismonti, Keith Jarret, Claude-Achille Debussy, Hermeto Pascoal y Astor Piazzolla, según define la pianista, quien ha compuesto la mayoría de los temas.
Come flores cuenta además con un luminoso arte de tapa a cargo de Roberta Valente, cuyas ilustraciones fueron incorporadas por la banda en las proyecciones de los diversos recitales y a las que desde hace tiempo deseaban ver abrazando a su disco. "Roberta quiso crear una serie de dibujos con un estilo para Anenbí y son hermosos. La verdad es que yo sólo le dije el nombre y ella lo hizo… quedó bellísimo".

–¿Cómo ha sido el proceso de producción del disco?
–Grabar un disco es un proceso largo. Los temas son un trabajo de varios años, el mas viejo tiene 10 ("Muertísima") y el más nuevo es de ahora ("Come flores"). La grabación fue en vivo, todos juntos (Anenbí más Bernardo Casagrande, en saxo) durante dos días, en los estudios Tónica de Buenos Aires. Después agregamos los coros de Mina Doyhenard, Ana Archetti en acordeón, y accesorios de percusión a cargo de Seba. Pero todo lleva tiempo: elegir las tomas, ver qué queda y qué se descarta, la edición, la mezcla y la masterización, todo en manos de Juan Ignacio Abraham.

–Come flores crea cierto clima de introspección…
-Está bueno que a alguien le genere eso y a otro, otra cosa, y que cada uno tenga una sensación diferente. No hay un propósito de crear un clima específico. Y que tenga una unidad creo que tiene que ver con la forma de componer, con el estilo de Anenbí. –¿Cómo lo definiría?–La música de Anenbí tiene elementos compositivos tomados de diferentes estilos: jazz, tango, música clásica, música brasilera, rock, que lo hacen difícil de encasillar. Cuando compongo no pienso en el estilo sino que voy probando en el piano hasta que me gusta algo y le voy dando forma. A veces me pongo consignas para empezar a hacer un tema y de ahí parto, qué escala voy a usar, qué compás, qué textura, cómo es la base rítmica, etc… En realidad lo que le da bastante personalidad son los cambios de compás.

–¿Por qué la elección de Momo, de Antonin Artaud?
–Hay un libro de Antonin Artaud que se llama Artaud el momo, que tiene partes de la poesía que habla con otro lenguaje y usa palabras como menendí anenbí emblendá ko ti aunch... Me gustaron las palabras por su sonoridad y usé Anenbí como nombre de la banda. También tiene que ver con que antes compuse un tema con otro fragmento de su poesía, "Momo": o dedi/ a dada orzurá/ o du zurá/ a dada skizí/ o kayá/ o kayá panturá/ a pená/ poní”.

–¿Cuánta importancia le da al lenguaje y al hecho de agregar palabras inventadas? ¿Es sólo una cuestión de sonoridad? ¿O su interés está en reinventar las palabras?
–En un momento tenía ganas de hacer micropiezas con todos estos fragmentos del libro de Artaud. Me gusta mucho la sonoridad porque la voz con frecuencia la uso como instrumento, por eso a veces las melodías pueden parecer medio raras y difíciles de cantar. Para mí también tiene un sentido usar este lenguaje, no quiere decir que no sea nada. "De li si mai" viene también por ese lado, son palabras inventadas y otras reales pero sin sentido de frase, usadas también como sonoridad. De li si mai significa para nosotros riquísimo, delicioso, hermoso… y la misma sonoridad de las palabras te va llevando a una interpretación abstracta de la poesía como si fuera música. Mi idea no es imponer un lenguaje, sólo me siento más identificada con esa forma o a veces me parece necesario usar palabras mal conjugadas o mal dichas porque así lo requiere la letra, como en "Canción de cuna": ...supiera sólo lo que otros querrían... Sensibilidad, inventiva y sonoridad. Anenbí nos viene a convidar un disco que se atreve a preguntar y a desafiar al lenguaje, a jugar con las palabras y a marcarnos otro ritmo, otra melodía para manejar el tiempo, otra forma de ver pasar la arena por "la garganta del cuello del reloj" y de abrir camino.

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